¿Alguna vez le preguntaste a alguien qué quería… y luego hizo justo lo contrario?
En marketing, esto pasa todo el tiempo. Los consumidores dicen una cosa, pero sus acciones reflejan otra muy distinta.
Entender esta diferencia puede ser lo que separa una campaña sin resultados de una estrategia que realmente conecta y convierte.
La diferencia entre opinión y comportamiento
Cuando haces una encuesta, la gente responde lo que cree que haría, o incluso lo que “debería” decir.
Pero eso no siempre coincide con lo que realmente hacen cuando tienen que tomar una decisión de compra.
Esto es clave:
En marketing, no basta con preguntar, hay que observar. Medir. Analizar el comportamiento real.

Ejemplos reales: marcas que entendieron esto
- Netflix no pregunta qué género prefieres: te recomienda según lo que ves.
- Spotify no te pide que elijas tu estado de ánimo: detecta tus patrones y crea playlists para ti.
- Zara no espera a que opines: testea productos en tienda y produce más de lo que se vende rápido.
Las marcas más inteligentes ya no se guían por lo que la gente dice, sino por lo que la gente hace.
Cómo aplicar esto a tu negocio
- Observa qué publicaciones generan más interacción.
- Mira qué productos se agotan primero, no cuáles reciben más likes.
- Escucha a tu cliente, sí… pero no ignores sus actos.
En resumen:
No diseñes tu estrategia en base a promesas. Hazlo en base a comportamientos reales.
Conclusión:
La clave del marketing efectivo está en detectar patrones de comportamiento, no solo en recopilar opiniones, y para eso, necesitas una estrategia que combine psicología del consumidor, análisis de datos y creatividad.