A veces no basta con tener la mejor idea, si no la entiendes a tiempo, puedes ser aplastado por tu propio invento.
Kodak inventó la cámara digital… pero ignoró su potencial. ¿El resultado? Fue superada por quienes sí entendieron el cambio.
1. Kodak inventó lo que la mató
En 1975, un ingeniero de Kodak creó el primer prototipo de cámara digital. Pero la empresa decidió no apostar por ello, para no dañar su negocio de películas fotográficas. El miedo a perder lo que ya funcionaba los llevó a ignorar el futuro.

2. El precio de ignorar la innovación
Mientras Kodak dormía, otras empresas como Sony, Canon o Nikon apostaban por lo digital.
Cuando Kodak quiso reaccionar, ya era tarde, habían perdido el liderazgo… y la confianza del mercado.
No es que fallaran en innovar, fallaron en escuchar el cambio.
3. La lección para tu negocio
No se trata solo de adaptarte. Se trata de anticiparte.
Las marcas que sobreviven son las que se atreven a cuestionarse, las que no dependen solo de lo que les funcionó ayer, sino que se preparan para lo que puede funcionar mañana.
Conclusión:
Kodak nos deja una lección poderosa:
No ignores la innovación solo porque te va bien ahora.
Si tienes una buena idea, atrévete a usarla, porque si no lo haces tú… alguien más lo hará.
